El día apacible llega con la culminación del canto de la rana centenaria que depositaba sus millares de huevos bajo los ramales de un añoso sauce, en la orilla izquierda mirando desde la cordillera al mar, del lago mágico que escondía los secretos de la inmortalidad...
Como hubo sequía, el lago desapareció, llevándose, además de la inmortalidad, la vida de una rana que cantaba trémula día tras día, haciendo felices a los seres imaginarios que la rodeaban...
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